TIR vs Cash-on-Cash vs Cap Rate: qué mide cada KPI y cuándo usarlo

Compártelo:

Cuando decides invertir en inmuebles, te enfrentas a una pregunta crucial: ¿cómo saber si una propiedad realmente vale la pena? No basta con intuición o corazonadas. Necesitas números, métricas concretas que te digan si estás tomando la decisión correcta o tirando tu dinero por la ventana.

En el mundo de la inversión inmobiliaria, tres indicadores destacan por encima del resto: la TIR (Tasa Interna de Retorno), el Cash-on-Cash Return y el Cap Rate (Capitalization Rate). Cada uno te cuenta una historia diferente sobre la misma inversión. Algunos inversores novatos cometen el error de centrarse en uno solo, ignorando que cada métrica tiene su momento y su propósito específico.

Este artículo te explicará exactamente qué mide cada KPI, cuándo debes usar uno u otro, y cómo combinarlos para tomar decisiones de inversión más inteligentes. Porque al final del día, entender estos números puede marcar la diferencia entre una inversión brillante y un dolor de cabeza financiero.

¿Por qué necesitas más de un indicador?

Imagina que estás comprando un coche. El precio es importante, pero también quieres saber cuánto consume, qué potencia tiene, cuánto cuesta el mantenimiento y qué valor tendrá en cinco años. Con las propiedades pasa lo mismo: un único número nunca te da la imagen completa.

La TIR te habla del rendimiento total considerando el valor del dinero en el tiempo. El Cash-on-Cash se centra en cuánto efectivo genera tu inversión inicial cada año. El Cap Rate te muestra la rentabilidad pura del inmueble, sin considerar la financiación. Tres perspectivas, tres respuestas diferentes, todas válidas.

Los inversores profesionales no se casan con una sola métrica. Usan varias, las comparan, las analizan en conjunto. Es como ver una fotografía desde distintos ángulos: solo así captas todos los detalles importantes.

Cap Rate: la rentabilidad en su forma más pura

El Cap Rate (o tasa de capitalización) es probablemente el indicador más sencillo de entender y calcular. Te dice cuánto rinde un inmueble en relación a su precio, sin tener en cuenta cómo lo financias.

Cómo se calcula el Cap Rate

La fórmula es directa:

Cap Rate = (Ingreso Neto Operativo / Precio de compra) × 100

El Ingreso Neto Operativo (NOI, por sus siglas en inglés) es lo que queda después de restar todos los gastos operativos de los ingresos por alquiler. Incluye seguros, impuestos, mantenimiento, administración… pero NO incluye el pago de la hipoteca.

Pongamos un ejemplo concreto. Compras un piso en Madrid por 200.000 euros. Lo alquilas por 1.200 euros al mes, lo que te da 14.400 euros anuales. Los gastos operativos (comunidad, IBI, seguro, pequeñas reparaciones) suman 2.400 euros al año.

Tu NOI sería: 14.400 – 2.400 = 12.000 euros

Cap Rate = (12.000 / 200.000) × 100 = 6%

Cuándo usar el Cap Rate

El Cap Rate brilla en situaciones específicas:

Comparaciones rápidas entre propiedades. Es el indicador perfecto cuando estás evaluando varias opciones y quieres una primera criba. Si un piso en Barcelona tiene un Cap Rate del 4% y otro en Valencia del 7%, ya tienes una pista de cuál rinde más, al menos sobre el papel.

Evaluación de mercados diferentes. Cada ciudad tiene sus propios Cap Rates típicos. Madrid capital suele moverse entre el 3% y el 5%, mientras que ciudades más pequeñas pueden ofrecer del 6% al 8%. Conocer estos rangos te ayuda a detectar oportunidades o señales de alarma.

Análisis sin financiación. Cuando pagas en efectivo o quieres ver el rendimiento puro del inmueble, sin que el apalancamiento financiero distorsione los números, el Cap Rate es tu mejor aliado.

Limitaciones del Cap Rate

Pero cuidado, porque el Cap Rate tiene sus puntos ciegos. No considera la financiación, y eso es un problema porque la mayoría de inversores usan hipotecas. Tampoco tiene en cuenta la revalorización futura del inmueble ni los flujos de caja a largo plazo.

Además, dos propiedades con el mismo Cap Rate pueden ser inversiones completamente diferentes. Una puede estar en un barrio en declive, la otra en una zona emergente. El Cap Rate no te dice nada sobre el potencial de crecimiento o los riesgos específicos de cada inmueble.

Cash-on-Cash Return: el efectivo que realmente ves

Si el Cap Rate ignora la financiación, el Cash-on-Cash Return la pone en el centro del análisis. Este indicador te dice cuánto dinero efectivo generas cada año en relación al dinero que realmente pusiste de tu bolsillo.

Cómo se calcula el Cash-on-Cash

La fórmula es:

Cash-on-Cash = (Flujo de caja anual antes de impuestos / Inversión inicial en efectivo) × 100

Aquí la cosa cambia porque ahora SÍ restas el pago de la hipoteca. Y la inversión inicial incluye la entrada, los gastos de notaría, registro, impuestos de transmisión, reformas iniciales… todo lo que salió de tu cuenta bancaria.

Volvamos al ejemplo del piso de 200.000 euros. Supongamos que diste una entrada del 20% (40.000 euros) y pagaste 8.000 euros adicionales en gastos y reformas. Tu inversión inicial real: 48.000 euros.

Financiaste 160.000 euros a 20 años con un interés del 3,5%. La cuota mensual de hipoteca sería aproximadamente 925 euros, o 11.100 euros anuales.

Flujo de caja anual = 12.000 (NOI) – 11.100 (hipoteca) = 900 euros

Cash-on-Cash = (900 / 48.000) × 100 = 1,875%

Espera, ¿solo 1,875%? Sí, y ahí está la realidad que muchos inversores novatos no anticipan. El apalancamiento puede jugar a favor o en contra.

Cuándo usar el Cash-on-Cash

Este indicador es crucial en varios escenarios:

Cuando usas financiación. Si tienes una hipoteca (como la mayoría de inversores), el Cash-on-Cash te muestra la realidad de tu flujo de caja. Es el dinero que realmente entra en tu cuenta cada mes.

Planificación de liquidez. Antes de comprar, necesitas saber si la propiedad generará suficiente efectivo para cubrir imprevistos. Un Cash-on-Cash muy bajo (o negativo) significa que tendrás que meter mano al bolsillo regularmente.

Comparación de estrategias de financiación. ¿Te conviene poner más entrada para bajar la cuota, o dar el mínimo para conservar liquidez? El Cash-on-Cash te ayuda a evaluar estas opciones.

Inversores que buscan ingresos pasivos. Si tu objetivo es vivir de las rentas, el Cash-on-Cash es más relevante que el Cap Rate. No importa cuánto valga el inmueble si cada mes tienes que poner dinero de tu bolsillo.

Ventajas del apalancamiento

Aquí viene lo interesante. Aunque en nuestro ejemplo el Cash-on-Cash parecía bajo, considera esto: solo invertiste 48.000 euros para controlar un activo de 200.000 euros. Si el inmueble se revaloriza un 3% anual, ganas 6.000 euros en valor (aunque no los veas en efectivo inmediatamente).

Además, cada mes que pagas la hipoteca, estás aumentando tu patrimonio. Parte de esos 925 euros mensuales van a amortizar capital, no solo a pagar intereses.

El Cash-on-Cash captura el flujo de caja inmediato, pero no cuenta toda la historia de la creación de riqueza. Por eso necesitas el tercer indicador.

TIR: la visión completa del rendimiento

La Tasa Interna de Retorno (TIR o IRR en inglés) es el indicador más sofisticado y completo de los tres. Considera TODOS los flujos de caja a lo largo del tiempo: la inversión inicial, los ingresos anuales, los gastos, y lo que recibes cuando vendes.

Qué mide realmente la TIR

La TIR responde a esta pregunta: ¿qué rentabilidad anual compuesta obtengo considerando todo el ciclo de la inversión?

Es el tipo de descuento que hace que el Valor Actual Neto (VAN) de todos los flujos de caja sea exactamente cero. Suena técnico, pero la idea es simple: considera el valor del dinero en el tiempo. Un euro hoy vale más que un euro dentro de diez años.

Cómo se calcula la TIR

A diferencia del Cap Rate y el Cash-on-Cash, la TIR no se calcula con una fórmula sencilla. Normalmente usas Excel (función TIR), calculadoras financieras o software especializado.

Necesitas proyectar:

  • Tu inversión inicial (número negativo)
  • Los flujos de caja anuales (pueden ser positivos o negativos)
  • El flujo final cuando vendes (precio de venta menos hipoteca pendiente y gastos)

Sigamos con nuestro ejemplo. Proyectas mantener el piso 10 años:

Año 0: -48.000 euros (inversión inicial)

Años 1-10: +900 euros cada año (flujo de caja anual)

Año 10: +85.000 euros adicionales (supones que vendes el piso por 230.000 euros, restas los 60.000 euros que aún debes de hipoteca, menos 5.000 euros de gastos de venta)

Con estos números, la TIR sería aproximadamente del 8,5% anual.

Por qué la TIR es tan poderosa

La TIR captura dimensiones que los otros indicadores ignoran:

Revalorización del inmueble. El Cap Rate y el Cash-on-Cash se centran en los ingresos, pero la TIR incluye la ganancia (o pérdida) de capital al vender.

Valor temporal del dinero. Un euro que recibes el año que viene vale menos que un euro hoy. La TIR descuenta apropiadamente cada flujo futuro.

Visión de largo plazo. No te dice solo cómo va el primer año, sino cómo funciona toda la estrategia de inversión a lo largo del tiempo.

Comparación con otras inversiones. ¿Una TIR del 8,5% es buena? Depende. Si la bolsa te ofrece un 10% histórico (con más volatilidad), o los bonos un 4% (con menos riesgo), puedes comparar manzanas con manzanas.

Cuándo usar la TIR

La TIR es especialmente útil en estas situaciones:

Evaluación de inversiones a largo plazo. Cuando planeas mantener el inmueble varios años y eventualmente vender, la TIR te da la película completa, no solo una instantánea.

Comparación entre activos diferentes. Puedes comparar la TIR de un inmueble con la de un fondo de inversión, un negocio o cualquier otra oportunidad. Todas quedan en la misma escala.

Análisis de sensibilidad. ¿Qué pasa si el inmueble se revaloriza solo un 1% anual en lugar de un 3%? ¿O si decides vender en 5 años en lugar de 10? Jugando con estas variables y recalculando la TIR, entiendes los riesgos y oportunidades.

Decisiones de venta. Si tienes una propiedad hace años, calcular la TIR desde el principio te ayuda a decidir si es momento de vender o seguir manteniendo.

Limitaciones de la TIR

Ningún indicador es perfecto. La TIR tiene sus propias debilidades:

Requiere proyecciones. Tienes que adivinar cuánto se revalorizará el inmueble, cuándo venderás, a qué precio… Cualquier error en estos supuestos distorsiona el resultado.

Puede ser engañosa en proyectos irregulares. Si tienes flujos de caja que cambian de signo varias veces (negativo-positivo-negativo), pueden aparecer múltiples TIRs o ninguna TIR válida.

No considera el tamaño de la inversión. Una inversión pequeña con TIR del 15% puede ser menos atractiva que una grande con TIR del 12%, simplemente porque la segunda genera más riqueza absoluta.

Comparando los tres indicadores: un caso real

Para entender realmente cuándo usar cada métrica, nada mejor que un ejemplo completo donde los tres indicadores te cuentan historias diferentes.

Propiedad A: Piso céntrico en Madrid

  • Precio: 300.000 euros
  • Alquiler mensual: 1.400 euros (16.800 euros/año)
  • Gastos operativos: 3.600 euros/año
  • Entrada: 60.000 euros (20%)
  • Hipoteca: 240.000 euros a 25 años, 3,2%
  • Cuota hipoteca: 1.160 euros/mes (13.920 euros/año)
  • Revalorización esperada: 2% anual

Cap Rate = (13.200 / 300.000) × 100 = 4,4%

Cash-on-Cash = (13.200 – 13.920) / 60.000 × 100 = -1,2% (¡negativo!)

TIR a 10 años (vendiendo a 365.000 euros) = 6,8%

Propiedad B: Apartamento en ciudad mediana

  • Precio: 150.000 euros
  • Alquiler mensual: 900 euros (10.800 euros/año)
  • Gastos operativos: 1.800 euros/año
  • Entrada: 30.000 euros (20%)
  • Hipoteca: 120.000 euros a 25 años, 3,2%
  • Cuota hipoteca: 580 euros/mes (6.960 euros/año)
  • Revalorización esperada: 1% anual

Cap Rate = (9.000 / 150.000) × 100 = 6%

Cash-on-Cash = (9.000 – 6.960) / 30.000 × 100 = 6,8%

TIR a 10 años (vendiendo a 165.000 euros) = 8,2%

¿Qué inversión es mejor?

Depende completamente de tu situación y objetivos:

Si buscas flujo de caja inmediato: La propiedad B es claramente superior. Te genera 2.040 euros anuales de efectivo (6,8% Cash-on-Cash), mientras que la A te hace meter mano al bolsillo.

Si confías en la revalorización: La propiedad A, en el barrio premium de Madrid, probablemente se revalorizará más en términos absolutos. Aunque la TIR calculada es menor (6,8% vs 8,2%), si la revalorización real es del 3% en lugar del 2%, los números cambian radicalmente.

Si comparas rentabilidad pura: El Cap Rate de B (6%) es superior al de A (4,4%). Sobre el papel, B es más rentable sin considerar financiación.

Si miras el largo plazo: La TIR te da una visión balanceada. Ambas inversiones son decentes, pero B parece más sólida con menos riesgo de flujo de caja negativo.

Este ejemplo muestra por qué necesitas los tres indicadores. Cada uno ilumina un aspecto diferente de la decisión.

Herramientas modernas para calcular estos KPIs

Hace años, calcular estos indicadores requería hojas de Excel complejas y conocimientos financieros avanzados. Hoy, la tecnología ha democratizado el análisis inmobiliario.

Plataformas especializadas en valoración de inmuebles, algunas incluso utilizando inteligencia artificial, pueden ayudarte a obtener datos precisos sobre el valor de mercado, rentas comparables y proyecciones de revalorización. Estas herramientas son especialmente útiles porque te permiten comparar múltiples escenarios rápidamente.

Para análisis más detallados y profesionales, puedes explorar software especializado que integra bases de datos de mercado, calculadoras financieras avanzadas y análisis de sensibilidad. Algunas plataformas inmobiliarias ofrecen estos servicios de forma accesible, facilitando que incluso inversores novatos puedan hacer análisis que antes solo estaban al alcance de profesionales.

La clave está en combinar la tecnología con tu propio criterio. Ninguna herramienta reemplaza el conocimiento del mercado local, la inspección física del inmueble y la evaluación de factores cualitativos difíciles de cuantificar.

Errores comunes al usar estos indicadores

A lo largo de los años, he visto inversores cometer los mismos errores una y otra vez:

Obsesionarse con un solo número

Algunos inversores solo miran el Cap Rate: «Si da más del 7%, compro». Otros se fijan únicamente en el Cash-on-Cash. Grave error. Necesitas la imagen completa, no una sola pieza del rompecabezas.

Olvidar los gastos ocultos

Calcula el NOI honestamente. Incluye TODO: vacantes (asume al menos un mes al año sin inquilino), reparaciones imprevistas, seguros, tasas, administración… Ser optimista con los gastos es la manera más rápida de arruinar una inversión.

Proyecciones irrealistas de revalorización

«Este barrio se va a poner de moda, el piso se revalorizará un 8% anual». Quizás, pero probablemente no. Usa datos históricos conservadores. Es mejor sorprenderte positivamente que descubrir que tus proyecciones eran fantasía.

No ajustar por riesgo

Un inmueble en un barrio conflictivo puede tener un Cap Rate del 10%, pero con alta morosidad y rotación de inquilinos. Un piso en zona prime con Cap Rate del 4% pero inquilinos estables puede ser mejor inversión. Los números no lo dicen todo.

Ignorar el contexto del mercado

Un Cap Rate del 6% puede ser excelente en Madrid centro o terrible en un pueblo perdido. Conoce los rangos normales de tu mercado objetivo. Los indicadores son relativos, no absolutos.

Estrategias según tu perfil inversor

Tu situación personal determina qué indicador debería pesar más en tus decisiones:

Inversor principiante con capital limitado

Enfócate primero en el Cash-on-Cash. Necesitas que la propiedad se pague sola desde el día uno. No puedes permitirte flujos negativos mientras esperas revalorización futura. Un Cash-on-Cash positivo (idealmente sobre el 5%) te da margen de seguridad.

El Cap Rate te sirve para comparar rápidamente opciones. La TIR es útil, pero no te obsesiones con proyecciones a 10 años cuando apenas empiezas.

Inversor con experiencia buscando crecimiento

Aquí la TIR toma protagonismo. Puedes asumir flujos de caja más ajustados si la revalorización esperada es sólida. Buscas multiplicar patrimonio, no solo generar rentas.

El Cap Rate te ayuda a identificar oportunidades infravaloradas en mercados emergentes. El Cash-on-Cash sigue importando, pero puedes aceptar números más bajos si el plan a largo plazo es sólido.

Inversor cercano a jubilación

El Cash-on-Cash es rey. Necesitas flujo de caja predecible y estable. La TIR importa menos porque probablemente no venderás en muchos años. Quieres ingresos pasivos confiables, no apuestas a la revalorización.

Busca propiedades con Cap Rates razonables en zonas consolidadas, con inquilinos de calidad. Prioriza seguridad sobre rentabilidad máxima.

Inversor institucional o con gran capital

Los tres indicadores pesan igual. Tienes capacidad de análisis sofisticado, puedes diversificar en múltiples propiedades, y tu horizonte es largo. Buscas optimizar la cartera completa, no cada inversión individual.

Aquí entran en juego análisis de riesgo ajustado, correlaciones entre mercados, estrategias fiscales complejas… pero los fundamentos siguen siendo estos tres indicadores.

Cómo integrar todo en tu proceso de decisión

Un proceso sólido de evaluación combina los tres KPIs de forma sistemática:

Paso 1: Filtrado inicial con Cap Rate

Antes de analizar en profundidad, usa el Cap Rate para una primera criba. Define tu rango aceptable según el mercado (por ejemplo, mínimo 5% para ciudades medianas, mínimo 3,5% para capitales). Descarta todo lo que esté fuera.

Paso 2: Análisis de viabilidad con Cash-on-Cash

Para las propiedades que pasaron el primer filtro, calcula el Cash-on-Cash considerando tu plan de financiación real. Define tu umbral mínimo (muchos inversores usan 5-7%). Si el flujo de caja es negativo o muy bajo, necesitas razones de peso para seguir adelante.

Paso 3: Visión estratégica con TIR

Para finalistas serios, haz proyecciones completas y calcula la TIR en diferentes escenarios (optimista, base, pesimista). Compara con tu tasa de retorno objetivo y con otras inversiones disponibles. Si la TIR base es inferior a tu umbral (digamos, 8-10%), probablemente no vale la pena.

Paso 4: Factores cualitativos

Los números son críticos, pero no lo son todo. Considera: ubicación exacta, estado del inmueble, potencial de mejora, tendencias del barrio, calidad de inquilinos potenciales, tu propia capacidad de gestión, diversificación de tu cartera…

Solo después de este proceso completo deberías tomar una decisión. Saltarte pasos es exponerte a sorpresas desagradables.

El factor tiempo: cuándo revisar tus KPIs

Calcular estos indicadores antes de comprar es esencial, pero no termina ahí. Deberías revisarlos periódicamente:

Anualmente: Recalcula el Cash-on-Cash real versus proyectado. ¿Los gastos fueron mayores de lo esperado? ¿Las rentas subieron? Estos datos alimentan tus proyecciones futuras y decisiones de mantenimiento de la cartera.

Cada 2-3 años: Revisa la TIR proyectada. Con más datos reales y actualización de precios de mercado, tu estimación se vuelve más precisa. Esto te ayuda a decidir si mantener o vender.

Cuando cambien condiciones: Subida de tipos de interés, cambios fiscales, transformación del barrio… cualquier factor externo significativo justifica recalcular todos los indicadores.

Los inversores exitosos tratan estos KPIs como herramientas vivas, no como números grabados en piedra después de la compra.

Conclusión: la sinfonía de los indicadores

El Cap Rate, Cash-on-Cash y TIR son como instrumentos en una orquesta. Cada uno tiene su sonido único, su momento para brillar. Pero la magia surge cuando los tocas juntos, en armonía.

El Cap Rate te da velocidad en las comparaciones iniciales y una medida de rentabilidad pura. El Cash-on-Cash te mantiene los pies en la tierra, recordándote que necesitas efectivo para sobrevivir. La TIR te eleva la mirada hacia el horizonte, mostrándote el potencial real de creación de riqueza.

Dominar estos tres indicadores no te convierte automáticamente en un inversor exitoso, pero sin ellos estás navegando a ciegas. Son la brújula que te orienta en el mar de oportunidades inmobiliarias, señalándote cuáles merecen tu dinero y cuáles solo parecen buenas en la superficie.

La próxima vez que evalúes una propiedad, no te conformes con «parece un buen negocio». Saca la calculadora. Calcula los tres indicadores. Compara escenarios. Cuestiona tus supuestos. Solo entonces estarás tomando una decisión de inversión informada.

Y recuerda: en inversión inmobiliaria, como en la vida, las mejores decisiones surgen de combinar análisis riguroso con conocimiento del terreno y, sí, también un poco de intuición. Los números te dicen mucho, pero nunca lo dicen todo. La experiencia te enseña a leer entre líneas, a detectar oportunidades que los indicadores no capturan y riesgos que los números no revelan.

Ahora tienes las herramientas. El resto depende de ti.

Compártelo:

Prueba gratis el chat inmobiliario con IA y toma decisiones basadas en datos

Ahorra horas de búsqueda y análisis. Valora, compara y detecta oportunidades con solo preguntar

Oportunidades rentables en segundos

Capta exclusivas con facilidad

Valoraciones y comparables al instante

Informes descargables en 1 clic